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Fenómeno Podemos, colapso de la política y regresión infinita.

Este artículo está desarrollado en base a conceptos filosóficos, tales como la extrema identidad. Se trata, en última instancia, de un análisis del funcionamiento del hombre en sociedad y por tanto de la política a él ligada. Desde el principio de la historia, el hombre ha vivido en sociedad, ha sido un animal político, funcionando como un todo y no como un solo individuo. Pocos hombres han sobresalido a lo largo de la historia por encima de toda una sociedad, y cuando lo han hecho, se encontraban en el marco de una sociedad que les apoyaba en su empresa, así, Julio César contaba con el apoyo de Roma y su poderoso ejército, y aún así, se habla más bien del Imperio Romano que de él mismo; Adolf Hitler aprovechó las circunstancias de Alemania y tenía un apoyo casi total de los suyos, aún así, se suele hablar de nazismo, él era el mero brazo ejecutor de todo un sistema. A lo largo de este artículo desarrollaré el tema de “el hombre como animal político”, pasando por algunos ejemp

E.I. Mi cielo.

Cuando creía haber vivido en el cielo llego un ángel para sacarme del infierno. Puede que sus ojos no sean azul cielo pero hasta entonces todo había sido rojo fuego. Siempre había tenido sensibilidad en las manos pero fui ignorante hasta que su piel rozó mis dedos. Había visto llover pero he muerto de sed hasta que llovieron sus besos y me empapó hasta los huesos. Seguramente me imaginé lo que era cielo y hasta llegue a rozarlo desde mi infierno. Pero nunca llegue a soñar poder tocarlo, ni respirar de él, ni acariciarlo. Quiero vivir en su cielo, que no me baje nunca, que si la pierdo me muero

Morir de frío

Que digan que muero si me ven muriendo. Que crean que sangro si me ven sangrando. Pensad que lloro si me veis llorando. Porque vivir sin sol no es vivir... Mi noche sin mi estrella se me hace gris, hasta el agua se muere de sed, y mi cama de frío sin sus piernas, sin su piel. Decidme que lloro si me veis por ahí llorando, decidme que me muero, que yo estaré en su cielo esperando.

Roca y espuma

Que cuando dos gaviotas, perdidas amanezcan, cogidas de la mano, soñando primaveras, de amor será su canto, doradas sus cadenas, voladas por el viento, rotas por la tormenta... Serán roca y espuma, del mar que se lamenta, que muere en cada orilla, ahogando las arenas. Verán los marineros, la luz de las estrellas, guías que como un faro, alumbran las mareas. Y que al cielo los gitanos, roben la luna llena, la pinten con sus oros, sintiéndola centella.

La princesa del Caribe.

Bebía dulce el amargor del café, sentía frías tus manos que me abrasaban sin saber, sin saber que ya era medianoche, que iban varias tazad y que no andaba lejos el amanecer. Pensaste que ya era hora de apagar la luz y echar a dormir. Y yo pensé, triste de mi, que Bella Durmiente despertaría Cenicienta. Pero yo tan caliente y con tanta fantasía... era imposible que no estuviera satisfecha. Total, que se despertó al mediodía y la princesa, ya no era azul turquesa era más bien negro tirando a piratería. ¿Y su mirada? más bien perdida, ya no era de oro y plata, tal vez bisutería. Y el universo de sus ojos engullido por la pupila. Se le quejaba la vida, le gritaba en rebeldía. Pero la muy pirata seguía a toda vela rumbo al horizonte sin saber qué le dolía. Puede que el timón de la carabela la devuelva a la orilla, como la gaviota que vuela, quién sabe, quizás algún día. Verás que la más bella de las flores marchita, y sabrás que da igual, q

Pequeña historia de la locura

Ojalá fuéramos ciegos para mirarte y no sonreír como bobos. Ojalá se cayese la luna, robársela a los lobos y regalársela a la única estrella que un día se fundió con ella. Ojalá todo esto no fuera una locura. Ojalá fuera manco para no recordar qué se siente cuando se baja del cielo a su cintura. Ojalá fuese mudo para no contarle a los sueños el sabor de la amargura. Ojalá todo esto no fuera una locura.

Los cuatro elementos

Cada vez creo más firmemente que el que nace esclavo vive para ser libre y que el que nace libre vive para no ser esclavo. Y pensando que es lo más probable le da la espalda a la vida sin saber que es indomable. Apostando que el viento no arrasará lo impenetrable. sin saber que no se puede nadar contracorriente, creyendo que el fuego puede derretir la piedra, que el sol no ahoga a las estrellas desde oriente y asegurando que el hombre es el dueño de la Tierra.